Carlos Quisebrt / La Paz
Una mujer, dueña de un inmueble en la ciudad de Santa Cruz, hostigó a su inquilino hasta provocar que, en medio de la pandemia del coronavirus, abandone el cuarto que le alquiló en marzo. Primero quitó la puerta de la habitación, pero como lo amedrentó, contrató un grupo de albañiles retiró el techo y perforó el tumbado, justo sobre la cama de la víctima.
“Llegó un grupo de albañiles cuando aún yo estaba durmiendo y comenzaron a quitar el techo, les pregunté qué es lo que pasaba, pero la dueña de casa dijo que siguieran con el trabajo (…) fue más que eso, hubo violencia, porque después hicieron un hueco en el cielo raso (entretecho) justo sobre mi cama y mi computadora”, relató Luis Fernando Prado, el inquilino que se vio obligado a dejar el cuarto.
Según su versión, el problema se dio debido a que Wilma Ximena R. M. dueña de la casa ubicada en la calle Yacuses y segundo anillo Nº 65, se negó a esperar por el pago del alquiler o llegar a un acuerdo, ya que él no generaba ingresos debido a las restricciones de circulación por el coronavirus, que se inició el 17 de marzo, el mismo día que tomo posesión del cuarto.
En efecto, el Tribunal Primero de Sentencia de Santa Cruz, el 29 de junio, citó a la dueña de casa para la acción de libertad en la que Prado denunció que la mujer quitó la puerta del cuarto donde él dormía. El denunciante afirmó que el juez falló en su favor, sin embargo, se limitó a “recomendar” que repongan la puerta. Al contrario, se dio la segunda agresión y la mujer retiró el techo del cuarto y dejó un hueco en el cielo raso.
Prado afirma que vive de la actividad literaria y la venta de libros, que debido a la pandemia quedó paralizada y no generó ingresos para pagar los 900 bolivianos por el cuarto con baño compartido.
La Asamblea Legislativa aprobó el 30 de junio la Ley Excepcional de Arrendamientos (aún no fue promulgada), que señala que en caso de no haber un acuerdo entre el inquilino y el propietario, de forma coercitiva se reducirá a 50% el monto por pago de alquileres, beneficio retroactivo a partir de la fecha de la declaración de emergencia sanitaria por el coronavirus, el 17 de marzo.
El caso de Prado es uno de varios que se registraron en los últimos días, en que dueños de casa son denunciados por presionar y agredir a inquilinos para que desalojen su propiedad, ante el temor a que el Estado los obligue a dejar de cobrar el alquiler, que en varios casos son el único ingreso que tienen.
Prado asegura que nunca se negó a pagar el alquiler y que sólo pidió un poco más de tiempo. Contó que con el hueco en el techo y el frio que hizo en los últimos días era más propenso a una recaía a un accidente neuronal que le causa problemas para movilizarse y hablar.
Fue por esa razón que aceptó la ayuda de una amiga que le ofreció mudarse con ella hasta que pasen los efectos económicos de la pandemia por el Covid-19. Página Siete llamó varias veces a la dueña de casa para conocer su versión, pero no atendió el celular.
Fuente: Página 7
Imagen: Página 7
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